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Supervacas brasileñas: el camino de Brasil hacia la cima de la carne vacuna mundial

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A comienzos de mayo, la ciudad de Uberaba, situada en el sureste de Brasil, se convierte en un centro de reunión para el sector ganadero del país. Más de 400.000 visitantes y alrededor de 2.500 reses participan en ExpoZebu, el evento anual dedicado a la raza cebú, famosa por su carne de alta calidad y su capacidad de adaptación a climas tropicales. Este evento no solo honra la tradición agropecuaria, sino que también sirve como un escaparate donde los productores presentan sus mejores ejemplares genéticos, con el propósito de obtener reconocimiento e ingresos significativos.

Las supervacas, como se conoce a estos animales, destacan por su tamaño imponente y características físicas particulares: altura de hasta 1,80 metros, cuernos grandes, piel blanca y una joroba sobre el cuello. La cuidadosa selección genética y el manejo meticuloso de los vaqueiros, quienes se encargan del cuidado diario de los animales, garantizan que cada ejemplar mantenga estándares excepcionales de salud y apariencia. La importancia económica de estas ferias es evidente: una sola vaca cebú puede alcanzar precios multimillonarios en subastas, mientras que su genética se utiliza para mejorar futuras generaciones.

El arribo y establecimiento del cebú en Brasil

En el siglo XIX, Brasil comenzó la historia del cebú al intentar cubrir la creciente necesidad de carne a nivel nacional e internacional. El ganado de origen ibérico, traído de la Península Ibérica, no se adaptaba bien a los pastizales tropicales del norte del país por su susceptibilidad a enfermedades y su baja tasa de reproducción. La solución provino de la India: el cebú, que era resistente al calor, las plagas y la escasez de alimento, se adaptó excelente a los climas tropicales, lo que facilitó la creación de la raza nacional conocida como induzebu o indubrasil.

Las extensas importaciones entre 1893 y 1914, junto con el incremento en la demanda europea durante las Guerras Mundiales, establecieron a Brasil en el mercado global de la carne. A partir de ese momento, la producción de carne de res se transformó en un pilar económico que incluso sobrepasó al café y el azúcar en valor de exportación.

Innovación genética y expansión productiva

La modernización de la industria ganadera brasileña se aceleró con la creación de la Corporación Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) en la década de 1970. Científicos y ganaderos trabajaron conjuntamente para mejorar la producción: introdujeron pastos africanos resistentes al calor, desarrollaron tratamientos para enfermedades del ganado y optimizaron la producción de alimentos como la soja. Estas innovaciones permitieron expandir la frontera ganadera hacia regiones más septentrionales, incluyendo la cuenca del Amazonas.

El aumento constante de la cantidad de cebúes en Brasil ha llevado a que el número actual de vacas sea de 225 millones, y se espera que esta cantidad se duplique en los años venideros. Este avance ha posicionado al país como el principal exportador de carne de res a nivel mundial, siendo China uno de sus mercados más importantes.

Impacto económico, cultural y ambiental

La carne de cebú no solo impulsa la economía, sino que también forma parte de la cultura local. La tradición del asado dominical refleja la importancia del producto en la vida cotidiana de los brasileños. Además, la producción basada en pastoreo y mano de obra competitiva permite ofrecer carne a precios accesibles, impulsando el consumo interno.

No obstante, la expansión ganadera también tiene un alto costo ambiental. La producción contribuye a la emisión de metano, un potente gas de efecto invernadero, y a la deforestación de la Amazonía, afectando la absorción de dióxido de carbono. Aun así, la eficiencia de las supervacas, que ganan peso rápidamente y requieren menos pasto por kilo de carne, ayuda a reducir las emisiones directas y el uso de tierras.

En dirección a un porvenir mundial

El logro de la genética brasileña en relación con el cebú está abriendo nuevas oportunidades más allá de sus límites geográficos. Conforme el cambio climático complica la cría de ganado en otros lugares, naciones alrededor del mundo podrían aprovecharse al incorporar ganado cebú que se adapta a condiciones extremas. Estas destacadas vacas brasileñas no solo simbolizan un éxito para el país, sino que también ofrecen un modelo potencial para optimizar la producción mundial de carne.

Brasil ha ilustrado que al unir la tradición con la ciencia y una planificación comercial efectiva, la industria ganadera puede convertirse en una fuerza global, mientras sus vacas excepcionales siguen liderando la producción de carne de alta calidad en el siglo XXI.

Por Otilia Adame Luevano

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