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¿Cómo promueve IKEA la sostenibilidad en sus operaciones?

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IKEA, reconocida mundialmente por su diseño escandinavo asequible y funcional, ha asumido un rol protagónico en el ámbito de la sostenibilidad. A medida que la responsabilidad corporativa se vuelve indispensable, la multinacional sueca ha acelerado numerosas acciones para reducir su huella ambiental y promover prácticas responsables en toda su cadena de valor. Analizar las estrategias implementadas por IKEA permite profundizar en cómo una empresa global puede orientar su modelo de negocio hacia un futuro más equilibrado y ecológico.

Ciclo económico: desde el diseño hasta la reutilización

Uno de los pilares fundamentales en la política de sostenibilidad de IKEA es la economía circular. La marca ha rediseñado productos y procesos para minimizar el desperdicio y maximizar la reutilización de materiales. Por ejemplo, en 2022, aproximadamente un 60% de los productos IKEA contenían materiales renovables o reciclados, con el objetivo de llegar al 100% para el año 2030. Sobresale la gama de muebles fabricados con madera certificada por el FSC y el uso creciente de plástico reciclado proveniente de océanos y residuos postconsumo.

El servicio de recompra y reventa de muebles implementado en varias tiendas permite a los clientes devolver artículos IKEA usados, los cuales se restauran y venden a precios reducidos, extendiendo así el ciclo de vida del producto. Esta iniciativa no solo disminuye la generación de residuos, sino que incentiva una mentalidad de consumo más responsable entre sus consumidores.

Energía renovable: avances en autosuficiencia energética

IKEA ha alcanzado grandes avances en la transición hacia el uso de energías limpias, tanto en sus operaciones como en el abastecimiento de sus productos. Para el año 2021, el grupo Ingka, que es dueño de la mayoría de las tiendas IKEA, se destacaba como uno de los mayores inversores privados en el ámbito de las energías renovables, contando con más de 570 turbinas eólicas y cerca de 20 parques solares en varios países. Gracias a estas inversiones, logra producir más energía renovable de la que utiliza en sus actividades globales.

Además, IKEA fomenta de manera proactiva el uso sostenible de energía entre su clientela al proporcionar opciones de paneles solares fotovoltaicos para viviendas en ciertos mercados, haciendo más accesible su adquisición a través de precios competitivos y asistencia técnica a medida.

Gestión sostenible de los recursos y materiales

Impulsar un suministro responsable es esencial para IKEA. La compañía se esfuerza por asegurarse de que toda la madera utilizada provenga de fuentes certificadas o recicladas. Desde el año 2020, todo el algodón que se usa en sus textiles proviene de cultivos sostenibles, los cuales consumen menos agua y utilizan menos productos químicos. El cambio del plástico tradicional a opciones recicladas o de origen biológico representa otro avance; la línea «MUSSLA», por ejemplo, emplea materiales que provienen de desechos agrícolas.

La inquietud por el agua se manifiesta en medidas para disminuir el uso en sus propias instalaciones y en la disponibilidad de griferías y electrodomésticos que consumen menos para los consumidores. Asimismo, los proyectos piloto de agricultura urbana e hidroponía, en cooperación con comunidades locales, investigan formas innovadoras para minimizar el impacto ambiental en las cadenas de abastecimiento.

Transporte sostenible y disminución de la huella de carbono

El segmento final de entrega es un componente esencial en el proceso logístico de IKEA. La finalidad de la empresa es alcanzar distribuciones libres de emisiones de carbono para 2025 en las principales urbes donde tiene presencia. Esto se busca mediante la adopción gradual de vehículos eléctricos y bicicletas de carga, junto con colaboraciones con proveedores que ofrecen soluciones logísticas ecológicas. Un ejemplo notable tuvo lugar en Shanghai, donde ya en 2020 todas las entregas de IKEA se llevaban a cabo mediante vehículos eléctricos.

En simultáneo, la empresa está instalando estaciones de recarga para vehículos eléctricos en los estacionamientos de sus tiendas y centros de distribución, alentando tanto a los empleados como a los clientes a asumir hábitos de transporte más sostenibles.

Bienestar social y responsabilidad en la cadena de valor

La sostenibilidad en IKEA va más allá del aspecto ambiental; incluye también un sólido compromiso social. El Código de Conducta IWAY define estándares para proveedores, demandando condiciones laborales seguras, igualdad de género y respeto por los derechos humanos. El modelo contempla auditorías regulares y acciones de apoyo para mejorar los estándares en las comunidades de proveedores, particularmente en Asia y África.

Existen programas emblemáticos como “IKEA Social Entrepreneurship”, que invierte en negocios sociales que generan empleo para poblaciones en situación de vulnerabilidad. Por ejemplo, colaboraciones en India y Jordania con artesanas para la elaboración de productos textiles han contribuido a mejorar ingresos y educación, generando un impacto positivo transversal.

Innovación y educación ambiental para consumidores

La sensibilización y participación de los consumidores son ejes estratégicos en la agenda sostenible de IKEA. El programa “People & Planet Positive” establece metas concretas para el involucramiento ciudadano, mediante campañas educativas sobre reciclaje, eficiencia energética y consumo consciente. Ejemplos concretos incluyen talleres en tiendas sobre reparación de muebles o ahorro de energía, así como etiquetas de producto claras que informan el impacto ambiental y social.

La empresa también resalta la importancia del diseño accesible, permitiendo que más personas tengan acceso a tecnologías amigables con el medio ambiente a costos razonables, tales como bombillas LED, tejidos elaborados con materiales reciclados y aparatos con consumo eficiente.

La ruta sostenible de IKEA

El caso de IKEA muestra cómo una compañía internacional con millones de consumidores puede incorporar la sostenibilidad en cada nivel de su cadena, desde el diseño de sus productos hasta el efecto en las comunidades en las que se encuentra. La continua actualización de sus planes evidencia que la innovación y el compromiso con la sociedad y el medio ambiente son compatibles con el progreso empresarial. Cada progreso en economía circular, disminución de emisiones y formación ambiental no solo transforma la empresa misma, sino que también aporta significativamente a la transición hacia un modelo más equitativo y respetuoso con el entorno.

Por Otilia Adame Luevano

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