La falta de certeza en los mercados globales persiste como un tema de preocupación principal para los inversores, especialmente por la constante guerra de aranceles y la inestabilidad de la economía mundial. Dentro de este escenario, varios estudios han indicado que las previsiones acerca de la inversión extranjera directa han disminuido, aunque ciertos sectores aún identifican oportunidades de expansión en medio de esta situación complicada.
Un informe reciente sobre el índice de confianza en la inversión extranjera destaca que, en comparación con el año anterior, la expectativa de inversión ha caído en 4 puntos porcentuales. Aunque este análisis fue realizado antes de la reciente escalada en las tensiones comerciales, ya reflejaba la preocupación general de los inversionistas respecto al futuro económico mundial. La consulta realizada abarcó a inversionistas globales, de los cuales un 84% manifestó su intención de realizar inversiones en los próximos tres años, aunque la cifra es menor a la de años previos.
A pesar de este descenso, ciertos países continúan siendo percibidos como los más atractivos para la inversión. Estados Unidos y Canadá se mantienen como los destinos más buscados por los inversionistas, seguidos de Japón, que ha ascendido al cuarto puesto, mientras que China ha experimentado un retroceso. México, a pesar de las tensiones comerciales y la incertidumbre, ha logrado mantener una posición destacada, ocupando el puesto 25 en el ranking global. Aunque su situación no es tan favorable como en años anteriores, sigue siendo una opción interesante para aquellos que buscan diversificar sus portafolios de inversión.
En cuanto a los países en desarrollo, México se posiciona en el sexto lugar, después de naciones como India y Brasil. Sin embargo, la inversión directa en México ha sufrido una caída del 8%, lo que refleja la falta de crecimiento esperado en este sector. La expectativa es que la situación económica y las políticas arancelarias internacionales sigan influyendo en las decisiones de inversión en el corto plazo.
A pesar de estos desafíos, México aún mantiene una ventaja competitiva importante frente a otras economías, especialmente debido a los costos laborales. Las políticas comerciales restrictivas de algunos países, especialmente las tarifas arancelarias impuestas por Estados Unidos, hacen que las empresas consideren mover sus operaciones a México. Esta decisión se ve favorecida por los menores costos de producción en territorio mexicano, en comparación con los gastos más elevados en el mercado estadounidense. De hecho, el costo de trasladar la producción desde Asia a Estados Unidos puede ser considerablemente más alto que llevarla a México, lo que representa una oportunidad para la industria mexicana.
Sin embargo, la situación continúa siendo incierta. Las inversiones del exterior permanecen a la expectativa sobre el desarrollo de las políticas comerciales a nivel mundial y las potenciales consecuencias de las transformaciones económicas en naciones clave como Estados Unidos. Las compañías están especialmente preocupadas por el incremento en los costos de los bienes básicos a raíz de las interrupciones en las cadenas de suministro, que evocan los desafíos enfrentados durante la pandemia, y las tensiones geopolíticas crecientes que podrían desestabilizar aún más los mercados globales.
El entorno regulatorio también se está volviendo más restrictivo, lo que añade otro nivel de complejidad para las empresas que buscan expandir sus operaciones en mercados clave. Además, la crisis económica en los países desarrollados y la inestabilidad política en diversas regiones del mundo contribuyen a un clima de desconfianza que sigue afectando la toma de decisiones de los inversionistas.